¡Aaaaay! El buen rato que nos ha hecho pasar este sitio. Imagina un cruce de culturas asiáticas entre Japón y China con un chef con gusto exquisito… Pues así es Kiboka, el nuevo restaurante de cocina japonesa en el barrio Salamanca.
El que se ha marcado este maravilloso tanto es Quinfeng Li, el simpático chef que, nada más entrar a Kiboka, se presenta como Dani con una sonrisa de oreja a oreja. Dani es originario de Fujian, en la costa sureste de China. Os podéis imaginar que el pescado y el marisco le ha influido tanto en su vida que al final lo ha trasladado a su manera de cocinar.
Después de 15 años trabajando en restaurantes de España, en 2013 Dani se asentó en Madrid para crear Casa Sushi, que ya es todo un éxito en su servicio a domicilio. Pero la imaginación de Dani iba mucho más allá y quería hacer algo espectacular, algo creativo donde dejara volar todo lo que tenía dentro… Por eso, hace 6 meses, nació Kiboka, un restaurante japonés con muchas influencias chinas.

Los platos son originarios del país nipón, pero Dani les ha dado una vuelta haciendo su propia interpretación e incluyendo influencias chinas e, incluso, en uno de los platos, peruana.
Su carta tiene una personalidad fuerte y radiante, y las propuestas están muy bien ejecutadas. Empezamos por los makis, uramakis, temakis, nigiris y gunkan, seguimos por los guisos como el ramen, que gusta mucho, el Kimchi Yakuidon de fideo grueso o el Yakisoba. La maravilla de las maravillas es la lubina Matsu o la gamba rebozada con mayonesa japo. En las carnes está el solomillo de ternera relleno de shitake y cebollino, ambos con salsa teriyaki, y el Ushi Arroz. En fin, sushis, arroces, noodles, tartares, pescados, mariscos, sopas, ensaladas, ceviche…
La decoración es como si estuvieras en un local con un estilo industrial de estilo antiguo en las calles con más ambiente de China y Japón. Al entrar estamos en una calle bulliciosa donde puedes sentarte en, lo que parece, bidones de gasolina. Si seguimos un poco más, estamos en un restaurante de estilo industrial. Todo ello, con bastante gusto y muy elegante.


Bueno, vamos a lo que vamos, que merece muchísimo la pena y ya nos están entrando las ganas de volver.
Para empezar, el crispy roll: tempura maki con tartar de salmón foie y salsa de anguila. Yo soy muy fan de la salsa de anguila, y lo que probé ahí fue increíble. Sencillamente, era perfecto.
Si esto nos parecía de lo mejorcito… No sabíamos que lo mejor estaba por llegar. ¡Adelante el mango uramaki! Rollo recubierto de aguacate, salmón y salsa de mango, relleno de mango y tempura de langostino. Nos encantó, nos encantó, nos encantó. El toque de mango era sublime y la tempura del langostino al masticarla… ¡Buah! Perfecta la combinación.
Allá va el gunkan moriawase. Con un bocadito ya estaría. La cara que se te va a quedar es de alucine.

La lubina Matsu. Una lubina al estilo asiático cubierta de piñones. Sí, amigxs, eso es una señora lubina y estaba espectacular.

Tal y como hablábamos antes, el solomillo de ternera relleno es uno de los platos estrellas. No iba a ser menos y nos lo pedimos.

Para terminar… un señor mochi de chocolate.
En fin, esto y mucho más es Kiboka y la cabecita creativa de Dani, que nos está haciendo disfrutar como nadie. Creatividad, ejecución, materia prima y talento.
Nos habéis encantado y queremos volver pronto. Queremos los mismos platos porque acertamos de pleno, pero no dudéis que pediremos otros para seguir conociendo este «chino-japonés»…
Dirección: c/ General Pardiñas 70
Precio medio: 30 – 35€.
Puntuación: 5/5
Web de Kiboka.
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