México es un país que me fascina. He tenido la suerte de viajar allí en tres ocasiones y no me cansaría de hacerlo una y otra vez más. Su gente, siempre amable, su naturaleza, legado cultural e historia, o una gastronomía inmensamente rica lo convierten en un país muy atractivo. Y es esto último de lo que os hablaré hoy.
Madrid es una ciudad muy conectada con México (¿sabíais que en DF tienen una réplica de la Cibeles?), por eso me encanta acercarme a alguno de los nuevos restaurantes mexicanos abiertos en la capital, que son fiel reflejo de una cultura que enamora.
La Diavla es uno de esos lugares que atrapan, y más si tienes la ocasión de conocer a sus dueños, Omar Gómez-Tagle o Edwin Buendía; yo tuve la suerte de coincidir con este último. De entrada, me da la bienvenida con una amplia sonrisa y una actitud como si nos conociéramos de toda la vida. Estuvimos charlando un buen rato en la barra principal mientras me tomé mi primera michelada (imprescindible).

El local es amplio, dividido en dos plantas y una mesa en lo alto de la primera a la que se accede en unas escaleras de caracol. Es considerado un club-restaurante porque, mientras la planta de arriba está destinada a la comida, la de abajo es una especie de club clandestino, muy similar a los conceptos de club que existen en México. El ambiente aquí es más oscuro pero muy elegante, donde puedes disfrutar del último trago. De la decoración se han encargado los propietarios, que buscaban alejarse de los tópicos y darle un aspecto más sofisticado, con un diseño industrial y contemporáneo.

En cuanto a la carta de La Diavla, mira qué buena pinta tiene esto:
Guacamole (7,50€). Receta tradicional con crujientes totopos. Nada que añadir, es simplemente perfecto.

Sopes de cochinita pibil (8€). Los sopes son tortillas de maíz gruesas que sirven como base sobre la que poner distintos ingredientes. En este caso, es carne de cerdo marinada con achiote (fruto que da un color rojo natural) y mezcla de cítricos. ¡Tal y como lo sirven en Yucatán!

Taco suadero (8€). Según dicen, son los únicos inventados en el DF. Jugosa ternera confitada con la receta callejera.
Taco Rosarito (10,50€). Es pescado del día tempurizado (en nuestro caso, merluza), con un toque picantón y cama de guacamole sobre tortilla de trigo.

Taco Gringa (9€). Como dicen en su carta “extranjeras pero muy mexicanas”. Es carne al pastor sobre costra de queso y tortilla de trigo.

Llegados al último plato, fue un poco too much, porque pensad que es una comida muy saciante, así que no pudimos probar un postre (ooohh). Así que dejaros aconsejar con las cantidades y no pidáis con ansia, que siempre hay tiempo de añadir un plato más. Y seguro que será un acierto.
Dirección: c/ Antonio Acuña, 19
Precio medio: 25€
Puntuación: 5/5
Web para ver la carta de La Diavla.
Fotos: Eduardo González.
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