La cocina italiana no-tradicional se presenta en Madrid con Noi, de la mano del chef Gianni Pinto y con una carta arriesgada, pero brutal.

Sí, nada más comenzar lo podemos definir como el italiano más arriesgado de toda la ciudad pero que, efectivamente, su sabor solo lo podemos calificar de brutal. 

Tanto el local como la cocina están hechos a medida para que disfrutes de una experiencia gastronómica única de principio a fin, desde su servicio hasta la presentación de los platos y la calidad por la que cada uno de ellos pasa. 

No nos enrollamos más porque os vamos a contar lo que probamos y por primera vez os diré que pediría uno de los entrantes una y otra vez porque darle un diez quedaría incluso mal. 

Pizzeta frita, pesto de albahaca y mozzarella de búfala. ¡Ay! El mejor plato sin duda, una fritura brillante, un pesto intenso y una mozzarella muy fresca y sabrosa. 

Noi

Seguimos con dos de sus principales: tagliatelle con pesto de brócoli y trufa negra que nos dejaron perplejos no por la trufa, sino por la cocción de la pasta y el intenso sabor a brócoli marinado; y su especialidad, spaguetti a la carbonara, tartar de atún rojo y botarga de mujol, ricos y cocinados sin huevo pero hemos de decir que somos más de carbonara auténtica aunque… ¡la cocción de la pasta vuelve a quitarnos el sentido! 

Noi

No podíamos irnos de Noi sin probar su famoso tiramisú que prácticamente se ha hecho viral en Instagram por su presentación, aunque a nosotras nos cautivó por el contraste de texturas que encontramos al romper su esfera de chocolate blanco. 

Noi

Y después de este gran espectáculo de la gran apuesta por una nueva cocina italiana, diré que seguiré siendo fiel a la cocina tradicional pero sin duda Noi me sorprendió gratamente tanto por calidad, por servicio y presentación de cada uno de sus platos. 

Dirección: Calle de Recoletos, 6

Precio medio: 35€

Puntuación: 4,3 / 5

Web de Noi.

Sobre El Autor

‘Granaína’ de origen, sobreviviendo al mundo de la estrategia publicitaria y convertida a veggie, me despisto de cualquier conversación cuando paso por un lugar rico que tengo marcado en Google Maps. Soy capaz de valorar la comida con tantos decimales como tiene el número “pi” y solo me falta crear una fórmula para saber cuál es la mejor burrata de la ciudad. En definitiva, para mí lo mejor de ser foodie es poder hacer cada plato con el que sueñas en tu propia cocina.

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.