La cocina peruana es, probablemente, una de las más ricas del mundo. Salvando las distancias con la nuestra, que es también una referencia mundial, esta cocina del otro lado del charco es muy variada y fruto de numerosas influencias.
Especialmente la de Lima, lugar de origen de César Figari, principal propietario del restaurante Quispe, que bebe de la influencia africana, indígena y china. Este limeño afincado en España pensó que los restaurantes peruanos, aun siendo cada vez más conocidos, no estaban de moda. Trabajó para cambiar esa realidad. En verano de 2017 abrió y triunfó con su primer Quispe en Formentera y a principios del 2018 inauguró su segundo local homónimo en una de las zonas más concurridas de Madrid: Alonso Martínez. En ambos casos reflejó con la elección del nombre una filosofía.
Quispe es uno de los apellidos más comunes en Perú. De origen quechua, muchos se sentían avergonzados porque les señalaban como indígenas en un país con grandes diferencias socioeconómicas. Pero esa multiculturalidad tan particular de Perú fue lo que dio origen a este restaurante, que pretende reflejar las diferentes culturas y orígenes en una carta variada y desenfadada.

Siendo una cocina tan exuberante, pero con sabores menos populares aquí, decidieron diseñar unos menús de almuerzo diarios donde se fusione lo peruano con platos más conocidos de nuestra gastronomía. Su nuevo chef, Eduardo Troya, parece una fuente inagotable de ideas y creatividad, pues cada semana ofrece una amplia variedad de platos con los que acercar la cocina peruana y dar a conocer su amplia riqueza.
Esta degustación diaria de alta cocina, llamada “GastroLunch” (19,90€), se compone de tres pasos y siempre arranca con un ceviche (orgullo nacional y plato insignia de la cocina de Perú), tiradito, maki, causa o ensalada de primero. Siguen con segundos a base de pescado, carne mariscos, pasta o combinación vegana y terminan con una selección de postres. Todas son creaciones de autor y basadas en la tradición, pero adaptadas a las nuevas tendencias.


El GastroLunch es una buena forma de acercarte a esta cocina al mediodía entre semana, pero también puedes tapear en sus mesas altas y pedir para compartir.
Quispe es también el primer pisco bar de Madrid, así que no olvides pedirte alguno de sus más conocidos, como el Pisco Sour o el Chilcano.
Dirección: c/ Orellana, 1.
Puntuación: 4/5
Web de Quispe donde también puedes reservar.
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