En la mismita calle Manuela Malasaña de Madrid se encuentra lo que para muchos es un restaurante totalmente desconocido o inaccesible, el Restaurante Bolívar, pero yo os digo que no solo os equivocáis en lo de la inaccesibilidad, sino que encima no estáis haciendo bien.
El restaurante Bolívar lleva nada más y nada menos que 45 años abierto, y eso solo se traduce en una cosa: hacer las cosas bien. Ángel, el dueño del restaurante dice que su «secreto» es, sencillamente, que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos y a los locales del alrededor, sobre todo en la decoración, y que su cocina se basa en cocina de temporada.
Entramos al restaurante y lo primero que vemos son colores ligeros donde predomina el blanco en un local pequeño. Amplitud y un ambiente acogedor y privado es lo que te hace sentir, y creo que lo que más me gustó es la luz tenue en cada una de las mesas para hecerte sentir solo con tus amigos/ pareja.
Ángel nos explicó que su cocina de temporada triunfaba porque buscaba calidad en los productos y porque una de su carta de presentación eran sus jornadas gastronómicas de atún, trufas o setas. Sorprendida me quedé cuando le pregunté quién seleccionaba los productos y quién hacía la carta y me dijo que no tenía ningún equipo detrás, que era él solo quien lo decidía a base de probar y por consejos de su madre, así que a los dos… ¡enhorabuena!
Nuestro primer plato fueron las sardinas ahumadas con guacamole. Dos sardinas no muy fuertes de sabor acompañadas de guacamole casero con un pequeñísimo toque a cilantro y tomate cortado en daditos. Un plato muy ligero y con una muy buena selección de la sardina.
Un tartar diferente al que estamos acostumbrados. Nos salimos del tartar de buey, salmón, atún o cualquier pescado y nos vamos a uno de verduras: el tartar de tomate raf con huevos de codorniz. Una ración de tartar genial para compartir entre dos con un huevo de codorniz que está esperando a que lo muevas. Parece un plato muy sencillo pero el sabor es totalmente diferente a lo que imaginas. El tomate está suave y la mezcla con el huevo no te da la sensación de estar comiendo tomate. Os invitamos a que lo probéis porque puede soprenderos.
Aquí vienen mis cuatro platos favoritos del restaurante bolívar. El pulpo con mango sobre salsa de guacomole y polo de maíz. La cocción del pulpo estaba perfecta y la base con el guacamole y añadido a la salsa de mango era una maravilla.
El otro plato por el que merece la pena que vayas a Bolívar son las vieiras asadas con foie sobre puré de coliflor trufada y gelatina de manzana. Dos raciones de puré de coliflor, vieira y foie encima. Hacía tiempo que un plato no me sorprendía tanto ni disfrutaba como lo hizo ese. El truco está en partir la vieira y el foie y mezclarlo con el puré. La textura, la combinación de sabores y todo es excelente, impresionante, increíble. Es un plato fijo que tenéis que probar para ver toda la calidad del local. Para mí, es el plato estrella.
Taco de atún rojo con pimientos asados y jamón frito por encima, cuatro dados de atún rojo excelentes.
Tataki de presa ibérica con balsámico. No soy especialmente fan del cerdo, pero a este le doy un sobresaliente. Perfectamente hecho y súper sabroso.
Milhojas con crema de queso y frutos del bosque. Solo he de decir que impresionante. Repetiría por mil. De verdad, alucinante este postre. Junto con la vieira, fue lo mejor del restaurante.
Dejaos pasar por el restaurante Bolívar, un auténtico restaurante de toda la vida de Malasaña, fuera de modas y moderneos y donde se come extremadamente bien.
Precio medio por persona 30-40€. Abierto de lunes a sábado de 13.30 a 15.30 y de 20.30 a 23.30 horas.
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