Cuando escuchamos Inari se nos pueden venir dos cosas a la cabeza, dependiendo de lo friki que seas: la deidad japonesa de la fertilidad, el arroz, la agricultura, la industria, los zorros y, por otra parte, el éxito en general o uno de los mejores restaurantes japoneses de Madrid. A mí me suele venir lo segundo y el motivo es el Restaurante Inari. Os cuento por qué, y no es solo porque presenta nueva carta, que también.

El restaurante japonés Inari es uno de los veteranos de la capital, nada menos que 11 años. El simpático Nacho Fernández, amante del comer de Japón, abrió este templo y con su pasión y esfuerzo ya tiene 2, uno de ellos en La Moraleja. En pleno corazón del barrio de Salamanca encontramos este elegante tercer restaurante que tan felices nos hace a los que amamos la gastronomía japonesa.

Con la excusa de la presentación de sus nuevos pedazo 12 platos nos hemos acercado. Y es que ahora en su carta, más que nunca, está mezclando sabores y lo está haciendo de maravilla. En esta nueva carta apuesta más por sus niguiris, los favoritos de Nacho. y más con el panel japonés que tienen al entrar, hecho por una artista local.

¡Comenzamos! Primero probamos el tan afamado tartar de salmón con aguacate, alga wakame, eneldo y mostaza antigua que le da un sabor único y muy especial. Fue el favorito del público en general. El mío ya os contaré cuál fue.

Restaurante Inari

El tataki de atún con salsa dulce y mayonesa de wasabi. El atún está perfectamente sellado, así que todo te hace ver las estrellas.

Restaurante Inari

¡Y por fin salen los makis! El toro tower con toque picante y el tartar toro  crujiente. El toro tower son unos dados de ventresca de atún con ese toquecito picante sobre maki relleno de ventresca de atún y aguacate. El maki de tartar toro es un tartar de ventresca de atún con cilantro sobre rollo crujiente relleno de ventresca de atún y aguacate. ¡El crujiente mola de verdad!

Restaurante Inari

restaurante inari

Algo que me sorprendió mucho fueron los gunkan tartar de toro de ventresca de atún, wasabi, crunchy y con salsa dulce y otro gunkan atún wasabi crunchy con un toque de cilantro que a mí me fascinó.

Restaurante Inari

Restaurante Inari

Seguimos con los niguiris fambleados. Atentos a las mezclas. (Va por orden plato – foto). Muy muy tops todos.

El flambeado de mantequilla trufa con un toque dulce, trufa y lima, el toro/ foie sobre sushi de toro y en unagi/ foie caramelizado con pimienta muy especial.

Restaurante Inari

Restaurante Inari

Restaurante Inari

Más de pez manteqilla con salsa chimichurri. Brutal este plato con su salsa chimichurri, lima y salsa dulce.

Restaurante Inari

El españolizado plato llega ahora con la corvina a la bilbaína con lima y un toque picante. Nos quedamos alucinando con esta mezcla. Nos dejó sin palabras y fue un éxito rotundo. Solo tenéis que ver la pinta…

Restaurante Inari

El último plato fue el salmón con salsa kimuchi y lima que pica y te hace ver las estrellas. La salsa kimuchi es un esencial de la cocina coreana y está hecha con chili rojo y pescado en salazón.. Se está poniendo muy muy de moda.

Restaurante Inari

Para acabar, aunque no es muy típico, acabamos con un tiramisú bien rico, cremoso y muy suave.

En definitiva, saldrás super contento y con ganas de volver. Yo creo que esa es la clave del éxito del restaurante Inari, que los precios están bastante ajustados para la calidad que tienenQueremos que nuestros clientes vuelvan, que vivan una experiencia y quieran repetir”, dice Nacho) y los sabores que ofrece son inusuales y de sobresaliente. Además, cuenta con un menú de 22€ al mediodía bastante interesante. El único «pero» que tengo que decir fue el postre. Nacho apuesta por postres muy ricos (y el tiramisú lo estaba, y mucho), pero se escapa de la cultura y gastronomía japonesa.

Gracias por esta fantástica velada, Inari. Volveremos pronto.

Dirección: General Pardiñas 43

Puntuación: 4 / 5

Precio medio: 40€/ persona

La web del Restaurante Inari.

Sobre El Autor

Digital Strategist y fundadora de Entrepintxos. Por lo primero es por lo que comencé esta aventura del buen comer. Soy de paladar bastante fino aunque no demasiado del bebercio (eso para mis compis). Además, me encanta viajar, el cine y el arte. Y aquí estamos, en un proyecto en el que todos los que se quieran apuntar serán bienvenidos.

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