Si dura 30 años, es que es bueno. Así es el restaurante OXs, un restaurante clásico de cocina vasco-navarra que ha sido y que sigue siendo referente en Madrid.
Los dueños, Jose Ignacio y Mila, abrieron las puertas de este lugar situado en Juan Ramón Jiménez 11 en 1985 y, años más tarde, siguen con la misma honestidad en su cocina. Jose Ignacio Urdiaín es el sobrino del que fue jefe de cocina en Zalacaín durante 32 años donde, además, trabajó durante 7 años. Mila, dicharachera y un amor de persona, trabajó en Orio.
No hablemos de la decoración, ni de las fusiones que tienen en la cocina, porque no tienen. Tan solo habalremos de la comida, que aquí es lo que merece la pena. Visualmente, sin más. No queda bien en Instagram ni en ningún sitio. Pero aquí hemos venido a comer, a comer comida vasco-navarra de gran calidad y a volver a un clásico de Madrid. A dejar el postureo y a comer producto de verdad.
Y hablemos de dos clásicos de la carta que les han dado parte del éxito que tienen. El primero es la sopa de pescado que le ha hecho famoso de langostino, almeja y rape. No, nunca me ha gustado la sopa de pescado, pero aquí todo cambia cuando probé la de OXs. No es sopa como la que estamos acostumbrados, sino que tiene una textura cremosa y con cuerpo. El sabor a marsico es muy potente. Mila nos contaba que es el plato más vendido y que, incluso, en meses de verano es el plato favorito. Cuando llega Navidad es puro éxito lo que tiene. La gente llama para reservar litros de sopa de pescado y llevárselo a sus casas para las comidas y cenas con familiares. Una vez que lo hacen… Repiten año tras año.

El otro clásico son las verduras, que es la misma de los años dorados de Zalacaín. Varían según la temporada y tiene una salsa ligera que le acompaña.

Chipirones en su tinta acompañados con arroz. Tremendos. Se deshacían en la boca. Y los champiñones salteados.


El chuletón… Yo no soy muy de carne, pero sé reconocer cuando la carne está buena. Y esta es de las mejores que hemos probado. Por supuesto, acompañado con patatas caseras.

Los postres, que se merecen otro artículo aparte. Queríamos probar uno solo, pero Mila insistió y nos sacó 3: el flan de queso, la teja gigante con trufas de chocolate y el helado de queso. Por supuesto los hacen ellos y son espectaculares aunque me quedé in love del helado de queso.

Nos maravilló Oxs. Un sitio donde comer estupendamente con todo lo que te pidas. Volveremos sin duda a por la sopa de pescado y a probar las albóndigas, que nos han hablado genial de ellas.
Dirección: calle Juan Ramón Jiménez, 11.
Precio medio: 35-45€
Puntuación: 5 / 5
Web del restaurante OXs.
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