El pasado otoño abría Sinsombrero, un nuevo restaurante llamado a ser el “restaurante de moda de Madrid” por muchos motivos. Ocupa el local de la mítica pizzería La Nicoletta, junto a la Plaza de Colón.
Para empezar, el local es enorme, de más de 1.000 m2 y con capacidad para 250 comensales. Inspirado en un antiguo club de los años 20, Sinsombrero está dividido en tres ambientes: un salón junto a la chimenea, una barra espectacular en forma de semicírculo en la que puedes tomar un cóctel y espacios más privados que te aseguran una mayor intimidad con vistas a la cocina. Puro espectáculo.
Como en todos los locales de moda, lo que entra primero por los ojos es la decoración espectacular. En este caso, es obra del Estudio Cousí, quienes ya diseñaron restaurantes tan imponentes como Ten con Ten, El Paraguas, Quintín o Du Liban. Pero claro, aquí de lo que se trata es de comer bien y, para eso, cuentan con Javier Goya (Triciclo) como asesor gastronómico y Pedro Gallego (Pandelujo, Piñera, “Los Chicos las chicas y los maniquís”) como jefe de cocina.
Su apuesta se centra en la cocina sencilla, de temporada y de corte tradicional. La carta se divide en varias secciones, para facilitar la toma de decisión del comensal: clásicos de siempre, un buen comienzo, guisos para quitarse el sombrero, pescados, de la brasa al carbón y postres.
En una cena para dos, nosotros probamos esto:
Croquetas cremosas de jamón ibérico (7€ media ración / 12€ ración completa). Ricas y cremosas, rebozadas con panko. Bien.
Tartar de solomillo ibérico Juan Pedro Domecq 100% bellota (10€ / 18€). Lo preparan con hongos, yema de huevo, hierbas de monte y sus tostitas crujientes. Viene ya mezclado de cocina, aunque te lo sirven en mesa.
Rabas con mahonesa de lima (16€). Quizá el plato más plano de todos, bastante secas. Porque claro, el paladar entrenado de una vasca como yo, es lo que tiene.
Lasaña abierta de ajoarriero de marisco y bacalao cremoso, especias y hierbas (16€). Una forma muy distinta de comer lasaña, un punto picante pero rica.
Lomo de vaca rubia gallega (para 1 y 2 personas, 24€/pp). Es la joya de la corona de casi cualquier restaurante, porque un buen producto solo puede estar bueno. Y su carne la mantienen en cámaras de maduración dentro del restaurante. Lo sirven en su punto óptimo, aunque siempre te lo pueden servir al gusto.
Y, para terminar, no me podía ir de allí sin probar la tarta de queso cremosa con helado de frutos rojos (7€). Es una de mis favoritas, así que acertamos de pleno.
Puedes ir con quien quieras, obviamente, pero para mí es un lugar ideal para ir con amigos cuando buscas un restaurante donde quedar bien, porque seguro que todos encuentran una oferta adaptada. ¡Ah! Y no olvides el momento fan de Instagram: puedes hacerte un selfi con uno de sus muchos sombreros que tienen en la puerta.
Dirección: Paseo de la Castellana, 4.
Precio medio: 40€
Puntuación: 4 / 5
Web de Sinsombrero.
Fotos: Eduardo González.
Sobre El Autor
Estuve hace tres semanas con una amiga y nos fuimos completamente decepcionadas con este sitio.
La comida está buena aunque no se corresponde con el precio tan alto. Para nuestro gusto, especialmente el de mi amiga que es chef profesional, son precios muy altos para lo que ofrecen.
Hasta ahí bien, cada restaurante decide el tamaño y calidad de las porciones de sus platos pero lo realmente INDIGNANTE es el atraco a mano armada que nos hicieron por 4 mojitos sin alcohol (2 cada una).
Cuando llegó la cuenta vimos que nos habían cobrado a precio de mojito con alcohol, se lo comentamos a nuestra camarera y muy amable nos dijo que se habían equivocado porque el precio del mojito con alcohol es menor al del alcohólico. EVIDENTEMENTE ERA LA RESPUESTA QUE ESPERÁBAMOS.
Para nuestra sorpresa, cuando la vimos comentarlo con el que parecía el encargado de servicio de terraza, él la dirigió de nuevo a nuestra mesa con la misma factura.
Cuando volvió la camarera nos dijo que el precio era el mismo que los mojitos con alcohol. La pobre lo dijo entendiendo a la perfección la cara que le pusimos…
El problema no es la diferencia que pagamos que al fin y al cabo no nos saca de pobres, pero sí el hecho de pagar por algo que no habíamos tomado.
ES INDECENTE Y SE APROVECHARON ABSOLUTAMENTE.
POR ESTE MOTIVO, NI YO NI NADIE DE NUESTRO ENTORNO VOLVEREMOS A SIN SOMBRERO.
Hola, Marta. Lamento mucho oír esto. La verdad es que nosotras tuvimos súper buena experiencia con todo, pero entiendo perfectamente tu queja y a mí, que nunca me pido cócteles con alcohol, habría pensado lo mismo que tú. Al final, aunque los cócteles sin alcohol suelen estar igual de currados, suelen ser más baratos porque el alcohol lo encarece…
Espero que haya sido una cosa súper puntual y rectifiquen eso.
Un abrazo y gracias por comentarnos 🙂